domingo, 28 de julio de 2019

Un viernes como otro cualquiera



Luís miraba con desgana el grupo de mensajería de sus amiges.

Todes se estaban preparando para la noche, soltando burradas a cada cual más explicita mientras exponían sus preferencias. Unes describían con pelos y señales la virilidades del portero de un pub, otres señalaban el voluptuoso busto de cierta camarera de otro garito.

A él le aburría tanto alardeo sexual. ¿Es qué nadie podía pensar en simplemente salir a charlar entre copa y copa, escuchando buena música? Otra noche más, aguantándoles y esquivando insinuaciones de unos y otras.

Entonces llegó el mensaje que parecía cambiarlo todo.

El 112 Inverso alertaba escuetamente: «Virus peligroso liberado por accidente. Permanezcan en sus domicilios y sellen cualquier ventilación incluidas puertas y ventanas. Ayuda médica en camino.» Del susto, el terminal se le cayó de las manos.

Por fortuna aún funcionaba al recogerlo, pero multitud de grietas con forma de telaraña cubrían una gran parte de la pantalla.

 * * *

Este microrrelato participa en el #OrigiReto2019, el reto de escritura creado por Stiby (ver blog) y Katty (ver blog). En sus respectivos blogs podéis ver las normas del reto.

En este caso, en el sorteo de objetivos y objetos que realicé, en julio debía escribir un micro con el objetivo 8; que sea distópico o apocalíptico (pre, post o durante el apocalipsis), y de objeto oculto el 13; un mensaje vía whatsapp, SMS... (el 112 Inverso aún no se ha implantado en la UE y no sabemos aún sí será vía SMS o por mensajería de red). Enlaza con el relato de abril de Marve, La última constante. Lo entenderéis todo mejor si lo leéis, claro.

Estadísticas según https://www.contadordepalabras.com/


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