martes, 4 de febrero de 2020

Índice OR2020

Relatos para el OrigiReto2020

Enero: Sobrevivir a toda costa.

Febrero: El Refugio.

Marzo: Suspendidas en el tiempo.

Abril: Cailleach

Mayo:

Junio:

Julio:

Agosto:

Septiembre:

Octubre:

Noviembre:

Diciembre:




Seguimiento de objetivos anuales



Salvavidas: Por 60 comentarios.(+10 op)

   Llevo: 32

Bendiciones: Por 12 recomendaciones.(+5 op)

   01-GeemaSeelie, 02-GeemaSeelie

Ardillita previsora: Por ocultar los 24 objetos.(+3 op)

   01=OK, 02=OK, 03=OK, 4=OK


Giratiempo: Por publicar 3 veces antes del día 10 (incluido).(+10 op)

   01=D05, 02=D04, 03=D01 (Logro conseguido)


Doce Miles: Por 12 Milpalabristas.(+3 op)

   01=OK, 02=OK, 03=OK, 04=OK

Molar mola: Por participar en 4 eventos.(+5 op)

Evento de abril, 

Rosa Insolente: Por 3 protagonistas femeninas.(+5 op)

   01=No, 02=Sí, 03=Sí, 4=No

Sororidad: Por dos relatos que cumplan el Test de Bechdel.(+5 op)

   01=No, 02=No, 03=Sí, 04=No

Tríada: Por tres relatos con representación LGBT+/Minorías.(+5 op)

  1. Le Capi(Trans)
  2. Moussa (Racializado y discapacitado)
  3. Frida Pauli padece alzheimer (no sé si cuenta)
  4. No, salvo por diversidad de razas.

DobleDragon: Por un relato de fantasía y uno de CiFi.(+3 op)

   01=No, 02=CiFi apocalíptica, 03=CiFi, 04=CiFi

Inconformista: Por un relato con crítica social.(+3 op)

01=Le Capi y la discriminación de la época (años 50 s.XX)
02=En la microsociedad del refugio, se reproducen parte de los mismos defectos de la vieja sociedad.
03=No
04=No

Leyenda: Completarlo todo.(+1 op)



Objetivo personal (VER) (+12 op a repartir)2/6

01: Paseo al fin de la noche (R)enlazado al de enero de @GemmaSeelie

02: Camino claro (M) enlazado al de marzo de @danipsicologa80



El Refugio



Odio las mañanas de los domingos. Es la peor guardia de todas. Al menos, para mi lo es. No es justo que me toque siempre por no soportar el alcohol. Claro, todos los chicos de mi edad trasnochan los sábados. Dicen que es una tradición del viejo mundo. Se aferran a eso. Ellos y los adultos, que son los peores, solo usan las tradiciones para escaquearse del trabajo y las obligaciones.

Al menos, quizás por pertenecer a los uniformados, mis padres me inculcaron algo de responsabilidad. Así que, por esa responsabilidad de mantener los accesos al refugio bajo control, siempre me trago este turno.

Yo y los pringados de siempre.

Amanda, que suele acostarse bastante temprano por la edad, supongo.

Julián, la mayoría de las veces por voluntad propia. Dice que los de los domingos somos unos débiles y alguien tiene que comandar con conocimiento de causa en el control. ¡Menudo imbécil!

Y Moussa, que como es uno de los últimos que logró cruzar el Estrecho antes del Cambio aún tiene un acento bastante fuerte. Aunque fuera blanco, oyéndolo hablar cualquiera sabría donde se crió. O eso dicen los mayores.

Antes, en las clases se enseñaban bastantes cosas que hoy consideran inútiles. Una era geografía. Ahí, creo, no solo se aprendía como era el mundo, las formas de los continentes con sus costas, sus montañas y sus ríos. Y dentro de cada continente, sus países, que en algún momento llegaron a ser muchos y más pequeños, y en otros momentos fueron menos al juntarse varios. También estudiaban lo que diferenciaba a un país de otro y entre esas cosas, como se hablaba en cada uno de ellos.

Nada de eso importa ya, así que en las clases solo nos enseñan a mantenernos vivos y a colaborar en la seguridad del refugio. Imagino que en los demás refugios será igual. Al menos, si es que existen otros. Los mayores nunca lo aseguran. Pero una vez escuché a unos recolectores que acababan de regresar.

Yo estaba en el huerto de PII. Me gusta tumbarme allí, entre las tomateras, con un botijo y tras pasar primero por la antigua biblioteca. Dicen que antes estaba llena de libros de papel pero que, en los primeros tiempos tras el Cambio Global, los quemaron casi todos. Supongo que quedarían más si el Cambio les hubiera pillado en verano y les hubiera dado tiempo a organizarse antes de que volviera el frío. Pero ahora solo puedo ojear una y otra vez los mismos cuentos infantiles con pocas palabras y muchos dibujos.

Bueno. Tampoco parece que se molesten demasiado en enseñarnos a leer bien, más allá de entender los carteles de ubicación. Y dicen que los libros antiguos tenían muchas palabras. Miles. Cientos de miles.

Mi preferido es el que tiene los dibujos de las cabritas. Hay un lobo que intenta comérselas, pero no lo dejan entrar. Esa historia siempre me recuerda la orden principal: Desconfiad. Un Crispín podría parecerse a cualquiera, incluso a ti.

Pero a mi me gusta por los dibujos. ¿Serían las cabritas de verdad como las de los dibujos? Ojalá viera una de verdad algún día, si es que aún existen. En el refugio solo tenemos gallinas, conejos y perros.

El caso es que, mientras estaba tumbada allí, pasaron el concejal Vázquez con la partida de recolectores y les oí decir algo de que, desde la torre de PIII, habían visto a los de la base repeler un intento. O algo así, no pude escucharlos bien. Pero sospecho que eso de «la base» debe referirse a otro refugio.

Me gustaría subir algún día a la torre de PIII. Pero allí solo suben los concejales, los jefes de las partidas de recolección y, por supuesto, quien mande en el Pleno. Ahora es la alcaidesa Montalbán que sustituyó al alcaide Méndez hace cuatro meses.

Dicen que el tiempo es relativo según tu edad biológica y que para los mayores elegibles pasa más rápido que para los ancianos y los jóvenes. No sé si es por eso, pero a mi se me están haciendo muy largos los seis meses y un día que me quedan para la mayoría de edad. Si para entonces aún tengo ganas de ver las afueras desde la torre, debería intentar que me eligieran concejala. Y para eso hay que tener muchos contactos, deber favores y prometer muchas mentiras. O hacerme jefa de recolectores, cosa nada fácil, porque además de seguir debiendo favores a los concejales (los que son, los que una vez fueron y los que pueden ser) hay que haber salido muchas veces a recolectar. Y como las cuadrillas, cuando vuelven, están siempre en la destilería… A mi me van a ver poco por allí. Solo queda alcaidesa, pero son los concejales quienes se elijen para el puesto entre ellos, no hay mucho más que decir.

Así que me quedan unas 24 guardias domingueras. Salvo que Julián nos haga caso y nos quite alguna. Él se cree que es el jefe de este turno, pero en realidad, quien sabe más es Amanda. Siempre me ha dado buenos consejos, se nota que ya está cerca de no ser elegible para nada. Quiero decir, que tiene mucha experiencia porque es veterana. Al principio del Cambio, era alcaidesa en PIII. Y aunque antes PI y PII estaban separados de PIII por el asfalto y tenían su propio alcaide, creo que dependían de PIII.

Así que Amanda ha sido una persona muy importante; tomó las riendas al principio, negoció con los internos la creación de la Comunidad en el refugio, organizó la unificación y el cerramiento del perímetro. Antes, internos y uniformados  estaban separados, los unos en las celdas y los otros en las viviendas. Dicen que aquello no valía ya para el nuevo mundo, que el refugio hubiera fracasado y que la supervivencia radicaba en cooperar todos los de dentro para protegernos de los de afuera.

Amanda me aburría contando siempre cosas del pasado. Pero cuando me enteré de quién había sido, comencé a prestarle atención. Y en realidad, las cosas que cuenta y aconseja son bastante útiles. Creo que me ha cogido cariño. Quizás me considere como la hija que no tuvo. Dice que su vida se quedó fuera cuando el Cambio. Que antes también se organizaban por turnos y si la hubiera pillado en el que llamaban de libranza, tal vez hubiera caído como la mayoría. O tal vez hubiera podido llegar con su pareja al refugio. Pero ella estaba dentro y ya nunca supo nada más de él. Así que su vida se quedó fuera y dentro solo podía procurar que los demás no perdieran la suya.

Siempre me llamó la atención eso de la libranza. ¿Un turno que no es de guardia, de clase o de trabajo comunitario? No me entra en la cabeza. Decidir por ti misma lo que quieres hacer o incluso decidir si no quieres hacer nada. Le he dado tantas vueltas que tengo muchas ganas de tener una libranza. Debe ser parecido al tiempo de ocio de los viernes y sábados. Pero sin tener que pasar por la destilería si no quieres, supongo.

El caso es que Amanda me ha prometido hablar con Julián para que nos busque sustitutos entre los jovenzuelos del penúltimo curso. Seguro que algunos están deseando empezar con las guardias, porque no son conscientes de que la lavandería o la limpieza en los edificios son tan importantes como todos los demás trabajos comunitarios. Dice Amanda que antes, los menores tenían casi todo su tiempo como un gran turno de libranza y quemaban la energía que les sobraba con juegos. Que había muchos tipos de juegos y que los menores no paraban de inventarse más a cada momento. Pero que ahora, el trabajo comunitario les aburre a la mayoría porque necesitan quemar esa energía, pero no pueden porque todo el tiempo es necesario emplearlo en beneficio de la comunidad. Por eso muchos, llegan al penúltimo curso con tantas ganas de comenzar con las guardias. Al menos es diferente a su rutina y creen que allí es donde está la acción. A esa edad, todos quisieran ser recolectores.

Moussa dice que antes del Cambio, durante los años que tardó en llegar hasta aquí, él también fue recolector. O al menos, que tuvo que buscarse la vida de muchas formas y para comer tuvo que buscar en los sitios más difíciles y menos recomendables. Pero aquí creen que no puede ser recolector con una sola pierna. La otra la perdió en su tierra, de pequeño, al pisar algo que llamaban antipersona y que destrozaba todo lo que tuviera cerca. Él siempre dice que si una de las mejores partidas tuviera que repetir el viaje desde su tierra hasta cruzar el Estrecho, quizás no lo consiguiera ninguno de los veinte que las forman. Y luego siempre se pone a canturrear en su lengua mientras se ríe mucho. Y te contagia la risa, porque hace mucha gracia verle esa gran boca rosa con dientes tan blancos en medio de su cara tan negra. Nunca nos traduce la canción. Yo imagino que hace chistes sobre los recolectores y si le entendieran, creo que se llevaría una paliza. Así que es mejor que sigamos sin entender sus canciones y todos felices.

Moussa también sabe muchas cosas. Todos los que tienen mucha experiencia son gente interesante, y él parece que me lleva una vida de ventaja en vez de diez años. Cuando llegó aquí, justo unos días antes del cambio, apenas tenía mi edad. Por eso fue temporalmente a PI.

Temporalmente. Esa es otra de las cosas del viejo mundo. Había situaciones que duraban solo un tiempo. Aquí, los internos pasaban solo un tiempo en función de lo que hubieran hecho; cinco años y un día, o cinco meses y un día. Daba igual, siempre había un día al final. Dicen que ese era el Día de la Libertad y siempre lo contaban al final porque, cuando llegara, habría que marcarlo para siempre en el calendario y en la memoria. Por eso ahora siempre medimos así el tiempo; el que sea y «un día». Por eso a mi me quedan seis meses «y un día» para la mayoría de edad, para ser elegible y pasar las pruebas de asignación. Entonces tendré un trabajo comunitario fijo, para el que valga y se me dé bien. Y podré optar, a los cinco años y un día, a presentarme a las elecciones de concejalías. O puede que piensen que se me dará bien recolectar y entre en una partida. Y a los cinco años y un día, pueda presentarme a la jefatura de esa partida.

O puede que me quede en el trabajo asignado para siempre, que es lo más probable. Y cada cinco años y un día, tenga la oportunidad de solicitar otro. Designación permanente revisable. Así se llama y es todo lo más temporal que podemos tener.

* * * * *

Vaya, Julián ha dicho que sí. Que va a coger a tres de penúltimo curso, porque está harto de Amanda, Moussa y de mi, porque somos unos aburridos y que este domingo hagamos lo que queramos.

Supongo que dormiré un poco más y luego intentaré que Amanda me acompañe al huerto de PII. A ella le gusta cuidar de los cultivos y así, yo podré volver a preguntarle cosas mientras repaso los cuentos. Moussa no irá, dice que el huerto le recuerda al lugar donde perdió la pierna.

Espero que Julián elija bien a los nuevos. Si son tan creídos como él, en el control de acceso podrían pasar por alto alguna cosa y cuando regrese alguna partida de recolectores, no verificar bien las tres pruebas. Dicen que si estuviéramos en el viejo mundo, con un test llamado de ADN sería fácil identificar a los crispines. Moussa les dice skinwalkers porque antes del Cambio, mientras viajaba, solo escuchaba la radio en inglés y empezaron a usar esa palabra cuando comenzaron a aparecer. Dicen que fue por toquetear demasiado eso del ADN lo que trajo el final del viejo mundo.

Si ahora un Crispín lograra entrar, también sería nuestro final.

El fin de todo.



* * * * *

Este relato participa en el #OrigiReto2020, el reto de escritura creado por Stiby (ver blog) y Katty (ver blog). En sus respectivos blogs podéis ver las normas del reto. En este caso, en el sorteo que realicé, estos son los objetivos y objetos que tocaron para el mes de
Objetivo primario: Basado en un dato o avance científico (5), en este caso, la manipulación del genoma humano mediante la técnica de edición genética CRISPR/Cas9 (de ahí el nombre de Crispines)
Primer objetivo secundario: El lobo y los 7 cabritillos (12)
Segundo objetivo secundario: Skinwalkers (9)
Objetos ocultos: Canción (19) y Botijo (20)


Estadísticas según https://www.contadordepalabras.com/

Palabras 2019
Carac. c/esp. 11198
Carac. s/esp. 9205
Párrafos 29
Oraciones 136