lunes, 22 de abril de 2019

De Profundis.

A -5200 m el mar no es azul oscuro casi negro. Es negro. Un invisible enigma, virgen e inexplorado. La realidad misma parece reducirse a un difuso halo de existencia alrededor del sumergible.

A Nemesio Rodríguez «Nemrod», célebre por pescar el ejemplar de celacanto azul bioluminiscente en el Canal de Mozambique, la fama le vino grande. Y no por la acondroplasia.

Harto de una sociedad que solo atendía a su proeza como quien sigue el foco por la pista del circo, quiso alejarse de la hipócrita condescendencia buscando retos cada vez más difíciles. Su talla le ofreció su oportunidad en aquella angosta batisfera; los fondos marinos donde nunca antes la humanidad había llegado. Salvo una única vez el Trieste.

Le encantaba la soledad, la pureza de hallarse lejos de todo.

Hacía dos horas y 2000 metros que no veía ningún ser vivo. Lo último fueron anguilas de Úrsula, de ojos pervertidos y mates.

Algo flotó ante la portilla. ¿Sería una nueva especie?

—!Maldita civilización¡ ¡Un puto disfraz de jirafa!

Tomada por la cámara de la batisfera Nereis, del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas donde se embarcó Nemrod para alejarse del mundo
Imagen parcial del disfraz de jirafa tomada por la cámara de la batisfera Nereis.


Este microrrelato participa en el #OrigiReto2019, el reto de escritura creado por Stiby (ver blog) y Katty (ver blog). En sus respectivos blogs podéis ver las normas del reto. En este caso, en el sorteo de objetivos y objetos que realicé, en abril debía escribir un micro con el objetivo 16; que transcurra al completo bajo el agua, y el objeto oculto 2; disfraz de jirafa.

Enlaza con el relato de enero de Gemma Montoya, «Sirena liberada» y que podéis leer aquí.

Estadísticas según https://www.contadordepalabras.com/

169 Palabras
1000 Caracteres (con espacios)
838 Caracteres (sin espacios)
Párrafos 7
Oraciones 15