Isla Dragónstena, En mitad del Océano Meridional
Día del Alineamiento.
Al poco de amanecer.
La población mantiene la esperanza. La mayoría de los propietarios se encuentra a varias millas náuticas de distancia a bordo de sus lujosos yates de recreo. Incluso los terratenientes menores, en embarcaciones menos espectaculares pero que siguen sirviendo para la ostentación de su estatus, han conseguido formar una pequeña escuadra que sigue la estela de los buques mayores; el Ambiciones II y el Bribonazo VII. Podría decirse que son los navíos insignia.
Entre la escuadra de propietarios menores y estos dos, aún hay media docena de lanchas con más brillo y comodidades (para el pasaje, no así para la tripulación que trabaja en ellos) que verdaderas formas náuticas.
Por mucha esperanza que tengan, tienen mejores motores y en el peor de los casos, a esa distancia prudencial, confían en que podrán meter más distancia a tiempo si las cosas se ponen feas, como es habitual, y no perecer bajo el más que probable tsunami.
Mucho más cerca de la costa, algunos cooperativistas tratan de alejar de la costa sus maltrechas barcazas maniobrando torpemente. La torpeza no viene estrictamente de las pocas habilidades de navegación de los cooperativistas, sino más bien del deplorable estado de mantenimiento de las mismas. Emplean las barcazas de carga con el que transportan el mineral de lucte a los buques factoría que solo pueden acercarse, por cuestiones de calado, a los alrededores del Banco de Morana a unas 12 millas al norte de la isla. De hecho, allí queda uno de estos buques que no quiere perderse… el espectáculo. Y si todo acaba rápido y no es muy desastroso, será el primero en cargar la nueva remesa de Lucte, una vez este se enfríe en unos días y los supervivientes reanuden el trabajo de extracción, aliviados por no formar parte del Escorial; el monte de escorias de lucte mezclado con huesos que oficialmente tiene la dudosa categoría de Monumento a las víctimas.
Sus espíritus deben estar explotando una y otra vez en el lago de lucte fundido bajo la isla, ya que, en realidad, solo es eso: el lugar donde amontonar la escorias.
Algunos tratan de hurgar entre los restos para conseguir algo de lucte con demasiadas impurezas (incluidos huesos) de estraperlo, cosa prohibidísima y que pagan con el lanzamiento a la caldera del Monte Dragonstino. La ley así lo dice, justificándolo en que así se incrementan las posibilidades de que en el próximo alineamiento, la isla reviente con menos fuerza. En realidad, todo el mundo sabe que las escorias se guardan allí, apartadas para que no molesten mientras se extrae el lucte de la temporada, a fin de aprovecharlas si en algún momento las reservas comienzan a escasear, tras una largo proceso de refinado.
Los futuros supervivientes, o no, se apiñan en las orillas de Dragónstena implorando que la montaña escupa hacia otro lado que no sea en el que se agolpan. Claro que, eso pasa en todo el perímetro de la isla. Todos empujan mentalmente para que lo que vaya a caer lo haga para el lado opuesto, y todos saben que es muy posible que hayan elegido el peor sitio para estar ese día.
Aun así, todos los presentes, desde el último picapedrero de la playa hasta los directivos del consorcio Garmon, a bordo al completo del Ambiciones II, prestan atención a la retransmisión del evento por Ondaglob.
—¡Gorbitos! Deliciosos y recién fritos. Pida sus Gorbitos a su proveedor local. Llegarán con chrisschrisschisporroteo de su rebozado en menos que explota una isla. ¡Gorbitos, Gorbitos, Gooorbiiitosss!
La sintonía del informativo suena tras el último de los cuarenta y siete anuncios comerciales de las firmas patrocinadoras de la transmisión, para todo el planeta y las tres lunas no alineadas.
—¡Bienvenidos en esta luminosa y cálida mañana de Alineación! Un magnífico día, con una visibilidad grandiosa que nos permitirá, pase lo que pase, ofrecerles unas apabullantes imágenes del reventón. Soy Maruc Katanni y me acompaña Casiri Esporgo, tan radiante como siempre.
—¡Hola, hola, hola! ¿Qué tal, Maruc? ¿Cómo están ustedes? Bien, tengo que señalar que habrá imágenes apabullantes, como bien dices, solo si es que hay Reventón.
—Ja, ja, ja. Claro, claro. Por supuesto, Casiri, pero… ¿acaso lo dudas? Ja, ja, ja.
—Bueno, en esta ocasión puede que haya buenos aspirantes a la Detención, ¿no crees? —Guiña un ojo a su compañero mientras señala el panel— Veamos como van las apuestas. En las generales, un 97’8 % de los apostantes cree que habrá Reventón, como en cada ciclo. ¡Qué aburridos! Van a lo seguro.
—Oh, sí. Es normal, pero fijate en ese 2’2 % de incons…, digo, valientes que apuestan a que no lo habrá. —Las salpicaduras se desprenden de los orificios fonadores de Maruc que está partiéndose de risa ante la asombrosa existencia de un minúsculo grupo que apuesta a favor de algún cambio.
Sí, en el fondo, todo el mundo desea que lo haya. Esperan que alguno de los pretendientes de este ciclo venza y acabe con la tradición, que rompa el ciclo de acúmulos y reventones. Y, de paso, que deje de morir tanta gente. Este, sobre todo, es el principal interés de los mineros de la isla.
Esto último es lo que más les preocupa, al menos a las masas de mineros que se amontonan a los bordes de la isla sin posibilidad de escapar si es que les toca en el trayecto de los flujos de Lucte. En tal caso, formarán parte de las rocas que sus propios compañeros picarán para ganarse la vida. Sus huesos, lo único que quedaría de ellos, claro.
—Sí, es sorprendente que el número de ilu…, ejem… De “optimistas” que han apostado este año contra todo supere el cerocoma.
—Suelen ser los equipos de pretendientes los que apuestan así, ¿cierto, Casiri?
—Efectivamente, Maruc.
—¿Y, a quienes tenemos esta vez? ¿Algún grupo tan sub…, numeroso… Sí, numeroso que justifique ese alto porcentaje?
—Me alegra que me lo preguntes, Maruc. Veamos los equipos pretendientes.
Casiri se desplaza en dos brincos hasta el panel donde aparecen cuatro imágenes borrosas. Cuando toca una, esta se agranda cobrando definición y mostrando los datos del pretendiente.
—Comencemos. En primer lugar tenemos al Sascucuat Mosslii, procedente de la luna Eptoria Meg. Recordemos que es una de la cuatro lunas que no influyen en el alineamiento en ningún momento. —recuerda Casiri para los visitantes, sobre todo.
Al fin y al cabo, quién no conoce en el planeta y su área de influencia que cuando Mádura Meg, la quinta luna, se alinea entre el sol de mediodía y la superficie justo sobre Isla Dragónstena, la montaña entrará en erupción. Así ha sido desde que el mundo es mundo. Unas veces con un simple eructo geológico y apenas daños menores en las estructuras mineras y otras, como en el caso de la Alineación 4357 (hace exactamente 47 ciclos atrás), de forma devastadora causando la renovación total de la isla que quedó convertida en un ombligo de roca que borboteaba lucte en medio del océano y lanzando varias olas gigantes que asolaron las costas de Ecomía, Sarol y Demúrida.
—Si hubiera que apostar algo —señala el presentador—, sin duda ese sería mi ganador. Su empresa es la que durante generaciones ha apagado los pozos de Férmica y estabilizado la falla de Berrina cuando se ha vuelto inestable por su resonancia con Dragónstena en los peores alineamientos.
—Correcto —corrobora la presentadora con el rubor perlado de sus mofletes croantes de risa—, una experiencia amplísima le precede. Aun así, hay que recordar que nunca se logró evitar el flujo de lucte en los más de mil ciclos que se lleva intentándolo, justo desde que comenzaron las labores de minería para aprovechar tan beneficioso, y a la vez maldito, mineral.
—¿Y a quién más tenemos?
—Oh, pues tenemos una sorpresa de lo más peculiar. El otro pretendiente es… —Casiri mira con todos sus ojos entrecerrados y mofleteando en color zafiro, señal de que está a punto de explotar de la risa, pero trata de contenerse en pantalla. —Bueno, no te lo vas a creer, pero es un… ¡humano!
Los globulares ojos de Maruc se inflan como si le hubieran comprimido todo el cuerpo y estuviera hecho de gelatina. La cornamenta vibra en espasmos de sorpresa absoluta.
—¡¿Cómo?! ¿Un despojo…? ¡Perdón! —la corrección en pantalla debe ser exquisita según manda el manual de estilo de Ondaglob, especialmente con las minorías alienígenas. —Me he dejado llevar por tan sorpresiva noticia. ¿Qué me dices? ¿Un terrícola ha venido hasta aquí? ¿como pretendiente en el Festival de la Alineación? ¡Insólito!
—Pues allí está. Lo intentará por el flanco Oeste, el opuesto a Mosslii.
—Vaya, vaya. ¿Y qué sabemos de la experiencia curricular o el método de este humano? Por cierto, no has mencionado su nombre.
—Cierto, Se llama Jorge Montoya.
—Really, George? —canturrea Maruc imitando el idioma humano lo mejor que puede, lo que suena particularmente irónico y gracioso, haciendo estallar de risa a toda la audiencia.
—¡Maruc! Por lo que más quieras, deja de hacer el mismo chistecito con las personas de ese planeta azul. Hace siglos (en la cuenta terrestre) que dejó de tener gracia. —A pesar de ello, los mofletes palpitantes de Casiri muestran un carrusel de colores, señal infalible de que no puede aguantarse más.
—Perdón. Creo que será mejor ir a los anuncios…
Suena la sintonía del programa y vuelven a anunciarse los sabrosos Gorbitos mientras, fuera de emisión, ambos presentadores estallan en el jolgorio más estruendoso.
—En serio, Casiri ¿Cómo va a intentarlo ese montón de neuronas inactivas?
—Pues por lo que he logrado averiguar, va a emplear un tejido laminar que se emplea en las células solares del cinturón de satélites generadores, los más cercanos a nuestra estrella, que como deberías saber —la mirada reprobatoria de Casiri sugiere que Maruc es solo una cara atractiva, pero que nunca se entera de nada—, están fabricadas esas placas con el propio lucte por un método que los humanos empleaban para fabricar sus utensilios de cocina. Casualidades del universo.
—Uhm, ¿no me digas?
—Parece que su intención es forrarse con ese tejido, como si se metiera en un preservativo de su tamaño. Con él, cree que podrá soportar el calor del flujo de lucte por no sé qué fenómeno físico…
—¡Los terrestres no manejan más que física básica! Eso lo sabe todo el mundo.
—Oh, vamos, no seas…
En ese momento, el flujo de información de la agencia gubernamental vomitó avisos de alerta interrumpiendo todas las emisiones con la señal ATPC.
—¡Madre del honorable Squishto! —gritó Maruc.
—¿Nadie estaba vigilando al Pedrusco? —lamentó Casiri.
El Pedrusco, como comúnmente lo llama la población, es un tercer elemento de la Alineación. Un asteroide atrapado en una órbita extremadamente difícil de calcular y seguir, alterable por una infinidad de factores. Cuando coincide más allá de la quinta luna en la alineación en un cierto rango de distancia, provoca las mayores erupciones. Se sabía que en cualquier momento se acabaría desestabilizando del todo para caer sobre el planeta.
En el observatorio de Masoon Meg, los calculadores Varianos, ajustan a tiempo real los cálculos orbitales, pues sus prodigiosas mentes aún no han sido superadas por los computadores más potentes que se conozcan en esa región del Universo, que es como decir en todo él.
Pero, atentos cómo estaban a la emisión por Ondaglob, el sorprendente anuncio de que un simple humano iba a intentar la detención los ha distraído en el peor momento. Justo cuando lo peor sucedía. El Pedrusco ha perdido la órbita y se dirige en rumbo de colisión contra el planeta.
El aplastante peso del desastre es capaz de curvar la mirada que Maruc y Casiri lanzan al panel, donde el humano, ajena a lo que se les viene encima y con el casco abierto, muestra una sonrisa decidida mientras trepa por la ladera cubierto por el traje de protección.
Lamentablemente, para Jorge Montoya, segurísimo de su método, (Really, George?) tampoco será su día de gloria.
* * * * * FIN * * * * *
Este relato participa en el #OrigiReto2020, el reto de escritura creado por Stiby (ver blog) y Katty (ver blog). En sus respectivos blogs podéis ver las normas del reto. En este caso, en el sorteo que realicé, estos son los objetivos y objetos que tocaron para el mes
Objetivo primario: Que involucre un volcán o cataclismo (10)
Primer objetivo secundario: San Jordi (D)
Segundo objetivo secundario: Espíritus (I)
Objetos ocultos: Preservativo (2) y Placas solares (12)
Estadísticas según https://www.contadordepalabras.com/
1996 Palabras
11822 Caracteres (con espacios)
9876 Caracteres (sin espacios)
Párrafos 54
Oraciones 124